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¡Dile Adios! Pasatiempos que dejaste atrás en los 40

Actualizado: 5 ene


Una mujer morena tiene las manos cruzados en forma de x

Diseñado por FreePik


Hace poco vi un vídeo de niños menores de 10 años abriendo una caja de objetos de los años 80 y 90 que ya se consideran "reliquias." Querían ver cuántos de esos objetos los niños podían identificar. Entre ellos había un tocador de CD, una videocassette y un equipo de videojuegos ATARI. Aunque no me sorprendió en absoluto que no pudieran identificar ninguno de los objetos ya mencionados, me impactó ver que muchos de ellos no podían identificar un teléfono fijo. Por extraño que parezca, es muy probable que la mayoría de los niños nunca hayan visto un teléfono más grande que la palma de su mano, y mucho menos uno pegado a la pared de la cocina y equipado con un cable tan largo que podrías usarlo para momificar a tu hermano pequeño y finalmente hacerlo desaparecer.



Al ver el teléfono fijo, recordé cómo solía pasar horas y horas hablando por telefono ya que era uno de mis pasatiempos favoritos. ¡Cómo deseábamos tener un cable lo suficientemente largo para llegar a nuestra habitacion y cerrar la puerta para no tener que susurrar! Con el tiempo, los teléfonos inalámbricos se hicieron populares, lo que hizo que fuera más fácil hablar y moverse por la casa, hasta que se agotó la batería y hubo que devolverlo a la base. Ahora en mis fabulosos 40 años, prefiero enviar una paloma mensajera con un mensaje que hablar por teléfono. Me hizo reflexionar sobre otras actividades que me gustaba mucho cuando era más joven, pero ya no lo hago y probablemente evito. Así que, demos un paseo por el camino de los recuerdos y hablemos de algunos pasatiempos que quizás hayas dejado atras ahora en los 40.


Hablar por teléfono: La gran evasión


¿Recuerdas cuando sonaba el teléfono y corrías por toda la casa con los calcetines puestos, resbalándote y deslizándote por el piso de vinyl de la cocina solo para ser el primero en levantarlo? Y si era la llamada de cierta persona que esperabas ansiosamente, ¡prácticamente tenías que morderte la lengua para no gritar de emoción! Hoy en día, si necesito hacer una llamada telefónica, tengo que programarla con una semana de antelación, ensayar la conversación en mi cabeza un millón de veces y, cuando llega el momento de hacer la llamada, darme una pequeña charla motivadora: "¡Tú puedes! Tu puedes!"


Lo más interesante es que, en aquellos tiempos, hablar por teléfono no era un pasatiempo barato. Hacer una llamada telefónica a alguien que no vivía a la vuelta de la esquina normalmente significaba que tenías que hacer la llamada durante las horas de la noche, cuando era más barato (por ejemplo de 7 p. m. a 7 a. m.), usar una tarjeta telefónica o estar preparado para pagar mucho dinero cuando llegara la factura a fin de mes. Sobre todo si duraste cuatro horas poniéndote al día con tu mejor amiga, que se mudó lejos, sobre el increíble final de la serie favorita de television.



Ahora, con plataformas como WhatsApp, FaceTime, Zoom, etc., puedes pasar horas interminables haciendo videollamadas a personas de todo el mundo sin gastar un centavo. A pesar de esta libertad para llamar, los mensajes de texto se han convertido, sin duda, en mi forma preferida de comunicación. ¿Y mostrar mi cara en la cámara cuando no está relacionado con el trabajo ni es obligatorio? Eso no va a pasar conmigo. Y no es que no me guste conversar con buenos amigos, pero encuentro las conversaciones telefónicas diarias agotadoras y prefiero un simple "mensaje de texto o emoji de pulgar hacia arriba si todavía estás vivo". Dependiendo del destinatario, si no he recibido respuesta de ellos en un día, una semana o tal vez unos meses, enviaré a la policía a su casa para ver si están vivos o no. ¡Qué bueno es tener amigos verdaderos!


Teléfono de disco antiguo sobre una mesa
Este teléfono vio más conversaciones de las que puedo manejar ahora.

Ir al cine: de los estrenos al aburrimiento


Cuando era más joven, ir al cine a ver una película en pantalla grande era algo que me entusiasmaba. Pasar una tarde con amigos, comer un cubo de palomitas de maíz demasiado caro y echar un vistazo a los avances de las películas siempre me llenaba de emoción. Sin embargo, hoy en día, la idea de dejar la comodidad de mi hogar en pijama para sentarme en una sala de cine fría y ruidosa ya no me atrae.


En casa, me encanta ver mis películas favoritas en streaming. Con pantalones cómodos y la posibilidad de hacer una pausa cuando necesito ir al baño sin perderme el final, es una experiencia mucho más relajante. Los 20 dólares que habría gastado en palomitas de maíz demasiado saladas en el cine se pueden utilizar para hacer la misma cantidad en mi cocina por unos 50 centavos. Un informe reciente indica que el 80% de las personas prefieren ver películas en streaming en casa en lugar de ir al cine, lo que demuestra que no soy la única que tiene esta preferencia. Sin embargo, como no tengo tecnología sofisticada ni IMAX en casa, es posible que eche de menos algunos efectos que ofrece el cine. Pero si la película es buena, la disfrutaré en mi televisor LG de 32 pulgadas o incluso en mi teléfono Samsung Galaxy 4G.


Una computadora portátil con un servicio de transmisión de películas en la pantalla.
¡No más asientos incómodos en el teatro para mí!

Salir a comer: los desafios de comer en público


Salir a cenar fuera era una aventura emocionante. Recuerdo con cariño cuando probaba el nuevo restaurante de moda que acababa de abrir a la vuelta de la esquina o disfrutaba de una noche de gala en la ciudad. Sin embargo, a mis 40 años, salir a cenar muchas veces me pone de mal humor y deja mi cuenta bancaria en rojo. La idea de esperar en largas filas, escuchar conversaciones en voz alta y, finalmente, recibir una factura elevada, especialmente si la comida y el servicio son mediocres, ya no me entusiasma.


Sinceramente, casi siempre que mi esposo y yo pensamos en probar un nuevo restaurante, acabamos decidiéndonos por quedarnos en casa. Normalmente pasamos unos 30 minutos jugando al ping-pong con las mismas preguntas: "¿Dónde quieres comer? Me gusta cualquier cosa. ¿Qué quieres?". Cuando la frustración y el hambre se apoderan de mí, al final acabo cocinando algo rápido o nos conformamos con lo de siempre: ¡pizza o comida china! O, si me siento un poco aventurera, busco una receta inspirada en un menú del restaurante en Pinterest para hacerla en casa. Aunque es divertido vestirse elegante y explorar la ciudad de vez en cuando, nada se compara con disfrutar de una buena comida en ropa cómoda sin preocuparme de que nadie juzgue mi atuendo.



Una mirada atrás con una sonrisa


Y ahí lo tienen: una mirada nostálgica a tres actividades que alguna vez disfruté, pero que ahora opto por evitar mientras atravieso mis 40 años. Envejecer es una aventura divertida y, aunque mis gustos han cambiado, se trata de adaptarse y encontrar nuevas formas de disfrutar la vida.


Me acuerdo con cariño de esas noches de llamadas telefónicas interminables, noches de películas emocionantes y experiencias gastronómicas de moda. Siempre ocuparán un lugar especial en mi corazón desde mi juventud, ¡siempre que pueda recordarlas mientras veo mi película favorita en casa, como una comida casera y le envío un mensaje de texto a un amigo, todo al mismo tiempo!


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¿Y tú? ¿Qué pasatiempos has dejado atrás a los 40? ¿Aún disfrutas de hablar por teléfono, ir al cine y salir a comer?


¡Comparte tus comentarios a continuación y, como siempre, dale me gusta y comparte esta publicación!


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2 commentaires

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Zary Medina
09 déc. 2024
Noté 5 étoiles sur 5.

Me encanta la forma sencilla en que te expresas y el sentimiento. Reviví esos tiempos. Excelente trabajo!!!

Tristemente ya no disfruto de hablar por teléfono pero todavía me encanta bailar y disfrutar todos juntos. Visitar familia, amistades y lugares de interés. Todavía tengo mi espíritu aventurero. Me gusta la playa, el río y las montañas, etc.

Muchas gracias chica bella, keep up the good work :)

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Gracias Zary! Estoy de acuerdo contigo y gracias por el apoyo. 😍

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