La vida adulta inesperada: cosas que nunca pensaste que harías o dirías
- Hillary Huyghue-Matias
- 2 dic 2024
- 5 Min. de lectura
Actualizado: hace 3 días
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Hace poco, fuimos a visitar a unos amigos y con discreción le dije a mi esposo, susurrándole entre dientes: "Es hora de irnos. Se está poniendo oscuro afuera". En ese momento, no le di mucha importancia, ya que manejar de noche puede ser peligroso, en particular en zonas donde la luna es la única fuente de luz y venados del tamaño de caballos enormes andan por la calle buscando a qué carros chocar y sacarlos de la carretera. Pero cuando regresé a casa, me di cuenta de que ni siquiera eran las 7 p. m. (gracias al horario de verano) y me pregunté quién era esa persona tan cautelosa que se tiene que acostar temprano. No podía ser yo, la que le encantaba acostarse tarde, y en mis 20s, pensaba que las 8 p. m. era temprano y aún tenía horas de energía. Después de reflexionar un poco, tuve que admitir que aquí estoy, en mis 40s, y me encuentro diciendo cosas que juré que nunca diría y haciendo cosas que jamás pensé que iba a hacer.
Entonces, ¿debería sentir que me he traicionado a mí misma y a todos mis valores, ya que ahora digo y hago cosas que pensé que nunca haría? No. Después de todo, terminamos haciendo algo que juramos hace años que nunca haríamos y, de hecho, algunas de estas cosas se han convertido en partes esenciales de nuestra vida diaria. Imagínense esto: pasamos toda nuestra infancia escuchando que no diéramos información personal a desconocidos, que nunca habláramos con ellos ni subiéramos a sus vehículos, pero, como adultos, literalmente pedimos a través de una aplicación que extraños nos recojan de la casa y les pagamos para que nos lleven de un lado a otro... ¡hola, Uber!
Aquí tengo una lista de algunas cosas que, cuando éramos jóvenes, jurábamos que nunca lo haríamos como adultos. Sin embargo, se han convertido en nuestra realidad diaria ya que hemos llegado a los 40 y algo.
Irse a dormir antes de las 10 pm
A los 20 años, la energía parece ilimitada y trasnocharse es parte de la rutina de cada fin de semana. Ahora, prácticamente me acuesto en la cama mientras la luz del día se cuela por la ventana de mi habitación. Si voy al cine después de las 6 p. m., los asientos definitivamente deben reclinarse 180 grados y estar equipados con calentadores de asientos porque, mientras abrazo mi balde de palomitas de maíz, definitivamente me echaré una siesta en algún momento de la película.
A los 40, conseguir mantenerse despierto después de las 10 de la noche es todo un logro. Es tan poco frecuente que se convierte en un tema de charla durante tu reunión de trabajo por Zoom. Lamentablemente, lo más probable es que sientas las repercusiones de esa trasnochada al día siguiente o incluso durante toda la semana. Por eso, cuando tu noche de diversion incluye leer tu libro de misterio favorito, beber un té herbal caliente y estar en la cama antes de las 9 de la noche, sabrás que oficialmente eres adulto.
Coleccionando cosas
Recuerdo que cuando era joven me preguntaba qué gusto había en coleccionar cosas antiguas o tener un estante con un juego de vajilla y cubiertos para ocasiones especiales. Cuando ya tienes 40 años, ese mismo estante se transforma en una orgullosa exposición de “objetos de colección”. Te desmayas ante tazas extravagantes y presumes de tus hallazgos en tiendas de segunda mano, convirtiendo tus viajes de compras en búsquedas de tesoro.
Puede que te digas a ti mismo: "Esta vasija de cristal será perfecta para mi pan tostado con aguacate", aunque en secreto sepas que se quedará allí como un trofeo y que más tarde se convertirá en tu mayor pesadilla por todo el polvo que acumula. ¿Y quién puede pasar por alto el hecho de que seas un jardinero experto? Alguna vez dijiste que nunca serías una persona que le gusta tener plantas en la casa, pero ahora te tomas selfies con tus orquídeas y suculentas, compartiendo con orgullo los resultados de tus esfuerzos como un jardinero experimentado.
Los jovenes de hoy en día
Cuando era más joven, no me gustaba cuando las personas mayores empezaban sus frases diciendo "en mi época" o "cuando yo tenía tu edad". Me prometí a mí misma que, cuando fuera mayor, no utilizaría esas frases, con el objetivo de mantenerme al dia y conectada con la juventud. Qué bueno que mi yo más joven no puede leer este articulo ahora...
¿Por qué ahora me encuentro usando esas mismas expresiones cuando recuerdo cómo solíamos alquilar películas hace años? Teniamos que salir de casa, subirnos al auto y conducir hasta la tienda para rentar la pelicula en vez de simplemente pedirle a Alexa que las pusiéramos por nosotros. ¿O las horas que pasabas con tus amigos aprendiendo los movimientos de baile de tu grupo de musica favorito para exhibirlos en la próxima fiesta en lugar de ver videos de baile virales de TikTok? ¿Recuerdas cuando tus padres pasaban horas interminables sermoneándote sobre cómo "lo fácil que tienen los niños la vida ahora" ya que cuando ellos eran pequeños, tenían que caminar 3 millas (5 km) para ir a la escuela, descalzos, mientras llevaban todos sus libros en sus manos porque no tenían dinero para comprar una mochila? Tal vez, durante esos discursos y entre las miradas de desaprobación, estabas pensando: "¿Por qué siempre piensan que mi generación lo tiene tan fácil?" Pero ahora las cosas han cambiado. Un día, mientras estás en fila en el supermercado, esperando a que tu viejo teléfono abra Google, ves a un niño de cinco años delante de ti con el último iPhone y el Apple Watch y murmuras en voz baja: "Los niños de hoy en día lo tienen todo fácil". ¡Espérate! ¿Quién dijo eso?
Sin duda, la vida da vueltas, ya que las cosas que una vez juramos nunca hacer o decir a menudo se convierten en las mismas rutinas diarias.
La alegría de la transformación
Seguramente te habrás sentido identificado con una o más de las situaciones anteriores. Son solo ejemplos de cómo algunas de las promesas que nos hicimos a nosotros mismos en nuestra juventud se han convertido en las divertidas realidades de los 40.
En lugar de sentir que has decepcionado a tu yo más joven, ¿por qué no le das la bienvenida a este maravilloso cambio? La vida nos enseña que el crecimiento es parte fundamental de nuestro camino, a menudo de maneras inesperadas. Aunque alguna vez nos pareció extraña la idea de acostarnos temprano, coleccionar objetos y maravillarnos del comportamiento de las generaciones más jóvenes, ahora forman capítulos inolvidables en nuestras vidas. Sin duda, cada generación cree que tiene todas las respuestas, hasta que se convierte en un tema chistoso de la siguiente generación.
¿Qué cosas juraste no hacer ni decir nunca en tu juventud y que ahora se han convertido en rutina en tu vida?
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